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PORTRAITS

Para ilustrar un personaje. 

 

   Hay mil y un maneras para ilustrar a un personaje. Primero se habrá que escoger al personaje a representar. No importa su talla o color en realidad, sino su mirada, habrá que fijarse en la mirada, que siempre delata lo que dentro se guarda. Se puede empezar pensando que cosas adquiere el personaje, de cuales se apropia, a cuales otras guarda en un frasco cerrándolo herméticamente con su tapa. Si se llega a adquirir ese frasco es como tener un tesoro de oro puro, y puede ser peligroso pues es de mucho valor, habrá que ser cuidadoso con esos frascos y no corromper el espíritu o romper el encanto del contenido. Se puede echar un vistazo a su estampa, y representar sus rasgos físicos particulares o indagar en los sucesos pasados, pero hablar será siempre más efectivo. Hablar con el personaje de todo y nada, o mejor aun de lo que en lo interno pasa, de cuando se busca a la luna, y cada cuando ella nos aparece y porque… Hablar, por un par de horas, o una mañana, o una tarde, para esto habrá que ser meticuloso y observar, estar atento a cada guiño, mueca, sonrisa.. pues son quienes nos develan de lo que se siente y nos harán sentir igual. Se escogerá entonces una hoja, se afilarán los lápices, se medirá, se trazara, se tendrá el resultado bueno o malo, y más tarde el personaje ya ausente, nos habrá dejado pensando, como el sentir el sabor del vino una vez acabado de beber, nos miraremos a nosotros mismos sin espejo, y así quedaremos.. que es como haber visto a un nardo a la mitad de un campo de lavanda.

 

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