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PLIEGUES DE LO INTERNO.

Estudio de represión.

Estudio de represión.

Acrílico sobre papel. 46 x 64 cm. 2017.

El. / Ella.

El. / Ella.

(díptico). Acrílico sobre tela. 100 x 120 cm. c/u. 2017.

Cigarette

Cigarette

Acrílico sobre papel. 64 X 46 cm. 2017.

Medea.

Medea.

Acrílico sobre papel. 64 x 46 cm. 2017.

Observatorio.

Observatorio.

Acrílico sobre papel. 64 x 46 cm. 2017.

Romeo abatido.

Romeo abatido.

Acrílico sobre tela. 80 x 70 cm. 2017.

Píramo

Píramo

Acrílico sobre tela. 80 x 70 cm. 2016.

Anónimo.

Anónimo.

Acrílico y gouache sobre papel. 52 x 74 cm. 2016.

Leda en espera.

Leda en espera.

Acrílico sobre papel algodón. 47 x 67 cm. 2015.

Leda delirio.

Leda delirio.

Acrílico sobre papel algodón. 57 x 74 cm. 2015.

Pájaros negros.

Pájaros negros.

Acrílico sobre tela. 80 X 60 cm. 2015.

Cuervo.

Cuervo.

Acrílico y gouache sobre tela. 80 x 60 cm. 2015.

Zurcido de Perséfone.

Zurcido de Perséfone.

Acrílico sobre tela sobre madera. 70 x 80 cm. 2015.

PLIEGUES DE LO INTERNO.

 

   Todos somos crueles, todos somos monstruos, hacemos llorar a los demás, nos laceramos con bisturís y cuchillas, con venenos y elixires, solo porque sí, no hay razón, solo parte de nuestra naturaleza, en el turbio terreno del alma humana, en su caos y defecto, en sus dobladuras. Todos somos un tanto Medea o Agamenón, desagradables y censurables para nuestro ser consciente, masoquistas y sádicos. Atormentados por nuestro frágil espíritu, por el rechazo o la soledad, talvez sea ahí donde aflora nuestra verdadera personalidad, en ese mundo negro, talvez es ahí donde nos complementamos completos al dejar de luchar con la consciencia y la razón, en hacer alianzas entre lo inconsciente, lo podrido y lo juicioso, y quizá la salvación emerge del mismo mal. Cuantos infiernos atormentados, cuantas mentes serán necesarias de explorar para comprender la culpa, el temor, la represión y la redención, para llegar al punto de inflexión que lleve al cerco de esa humanidad que inspire, que alimente, que construye y hace cambiar, que hace que a solas nos experimentemos y nos dejemos ir, libres. Que alegría produce descubrir oro tras caparazones ásperos, descubrir nuevas formas de vida que no eran las imaginadas, en esta lectura y percepción de las contradicciones y delicias de la psique humana, de nuestro mundo interior. Cuantos satanes se necesitaran para abrir el cielo. Somos polvo de oro.

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